miércoles, 29 de octubre de 2008

el secreto de la Felicidad

Cierto mercader envió a su hijo al más sabio de
todos los hombres para aprender el secreto de la felicidad. El muchacho anduvo muchos días por el desierto, hasta llego a un castillo, que se
encontraba en los altos de una montaña.
El sabio que el muchacho buscaba vivía allí. Sin embargo, en vez de encontrar a un hombre santo, nuestro héroe entró en una sala y vio una actividad inmensa; mercaderes que entraban y salían, personas que conversaban por los rincones, una pequeña orquesta tocando suaves melodías y había una mesa cubierta con los platos más deliciosos de aquella región del mundo. El sabio conversaba con todos y el
muchacho tuvo que esperar dos horas para ser atendido.
El sabio escuchó el motivo de la visita del muchacho y le dijo que en es momento no tenía tiempo de explicarle el secreto de la felicidad. Le sugirió que se diera un paseo por su palacio y volviera después de dos horas.

"Quiero pedirte un favor" dijo el sabio, entregando al muchacho una cucharilla en la que dejó caer dos gotas de aceite. "Mientras vas caminando, lleva esta cucharilla sin permitir que se derrame el aceite".

El muchacho comenzó a subir y bajar las escalinatasdel palacio, manteniendo siempre los ojos fijos en la cucharilla. Cuando pasaron las dos horas, regreso con el sabio.

Entonces preguntó el sabio:

"Has visto las tapicerías de Persia que hay en
mi comedor?" "Viste el jardín que el maestro
de jardineros se tardó cien años para plantar?"

"Te diste cuenta de los bellos pergaminos
de mi biblioteca?"

El muchacho, avergonzado, confesó que no había visto nada. Su única preocupación era no derramarlas gotas de aceite que el Sabio le había confiado.

- Vuelve, pues, y conoce las maravillas de mi
mundo, dijo el Sabio. No puedes confiar en un
hombre si no conoces su casa. Ya más tranquilo,
el muchacho cogió la cucharita y volvió a pasear
por el palacio, fijándose esta vez en todas las
obras de arte que pendían del techo y de las
paredes. Vio los jardines, las montañas en
derredor, la delicadeza de las flores, la
exquisitez con que cada obra de arte estaba
colocada en su sitio. Al regresar al lado del
Sabio, relató con pormenores todo lo que
había visto.

- Pero, ¿dónde están las dos gotas de aceite
que te confié? preguntó el Sabio.



Mirando hacia la cucharilla, el muchacho se
dio cuenta de que las había derramado.

"Pues ése es el único consejo que te puedo dar"
El más sabio de los sabios le dijo al muchacho,
este es el único consejo que te puedo dar.
"El secreto de la felicidad está en mirar todas
las maravillas del mundo sin olvidarte nunca de
las dos gotas de aceite de la cucharita".

viernes, 24 de octubre de 2008

HOY

Hoy comienza mi nueva vida.

Cambiaré mi piel que ha sufrido durante tanto tiempo el fracaso y la mediocridad.

Hoy nazco de nuevo en un lugar en donde reina la abundancia.

Recogeré los mejores frutos sembrados por los más sabios que estuvieron antes que yo, de generación en generación.

Hoy atraeré sobre mí el éxito y una nueva vida me espera.

EL camino que he escogido está llena de oportunidades.

Hoy no fracasaré como aquellos que se quedaron solo en sus sueños.

En mi naturaleza está incluido el éxito.

El fracaso es ajeno a mi vida.

En el pasado lo acepté como acepté el dolor.

Ahora lo rechazo y estoy preparado para abrazar la sabiduría.

Me dirijo ahora hacia la felicidad, la riqueza resplandeciente y la justa posición que me merezco.

Practicaré el arte de la paciencia, porque la naturaleza no procede jamás con apresuramiento.

Aunque carezco de la experiencia, poseo un instinto superior que me conduce. Alcanzaré mis metas en la vida y no admitiré el fracaso.

Adquiriré nuevos hábitos en lugar de los antiguos, disciplinándome a mí mismo para lograr el cambio.

Diré en voz alta mis metas y mis propósitos para así materializar mi intención.

Comenzaré a despertar todas las mañanas con una vitalidad que no he conocido nunca.

Mi vigor aumentará y mi entusiasmo se acrecentará.

Mi deseo de enfrentarme con el mundo dominará a todos los temores que antes me asaltaban al amanecer.

Y seré más feliz de lo que jamás había pensado que fuese posible en este mundo de luchas y dolor.

Me hago el solemne juramento de que nada retardará el crecimiento de mi nueva vida.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Amabilidad

Esta semana el post no trata sobre ninguna obra de arte, ni ningún libro. Hoy quiero hablar de una virtud sencilla, quizás un ingrediente importante en el “arte de vivir”, tan sencilla que por si sola parece no tener importancia, pero que si aliña nuestra vida, provoca excelentes efectos en nosotros mismos y en los demás: la AMABILIDAD.
Si se busca el significado de amable, en el diccionario de María Moliner encontraremos: «Se aplica a lo que merece o inspira amor /Tal que, en el trato con otras personas o con una determinada o en cierta ocasión, muestra interés por ellas o el deseo de complacerlas». En el diccionario de sinónimos nos encontramos con: afable, agradable, cordial, cortés, tratable, afectuoso, atento, cariñoso y sencillo. Por otra parte, como antónimos se citan: grosero, rudo, antipático y desagradable.


Solemos olvidar que amable significa "digno de ser amado"; que amable es el que se comporta de un modo determinado, con el objeto de inducir a los demás a que le amen, puede ser un camarero haciendo bien su trabajo, un vecino sonriente en el ascensor, alguien que cede el paso en medio del tráfico… Cuando lo somos conseguimos ese reconocimiento, cuando lo son con nosotros nos complace y nos genera ese sentimiento de retorno.
Decía Mark Twain: “Puedo vivir dos meses con un cumplido de amabilidad”. Es increíble el efecto que produce y lo económico que resulta. En estos tiempos de crisis (y en cualquier tiempo) es uno de esos lujos que podemos permitirnos, cambiar el sentido de nuestra corriente, siendo de dentro hacia fuera, en lugar de empeñarnos en que sea al revés. La sorpresa está en que cuanto mas proyectamos hacia fuera, más llenos estaremos.
Regala un poco de amabilidad cada día. Intenta sonreír al subir a un ascensor llenos de gente, di algo agradable a alguien a quien ves a diario pero con quien no suelas cruzar más que dos palabras, proponte conducir de manera menos agresiva, habla con un niño, se amable contigo y sonríe mientras estás a solas o delante del espejo… Trata de hacerlo a diario durante una semana y si notas que algo bueno se produce entonces decide si quieres hacerlo durante mas tiempo.
Que tengáis una semana amable.

sábado, 11 de octubre de 2008

el hombre que se creia muerto

El hombre que se creía muerto


Había un señor muy aprensivo respecto de sus propias enfermedades y sobre todo, muy temeroso del día en que le llegara la muerte.Un día, entre tantas ideas locas, se le ocurrió que quizás él ya estaba muerto. Entonces le preguntó a su mujer:-Dime mujer, ¿no estaré muerto yo?La mujer rió y le dijo que se tocara las manos y los pies.
-Ves, ¡están tibios! Bien, eso quiere decir que estás vivo. Si estuvieras muerto, tus manos y tus pies estarían helados.Al hombre le sonó muy razonable la respuesta y se tranquilizó.Pocas semanas después, el hombre salió bajo la nieve a cortar leña. Cuando llegó al bosque, se quitó los guantes y comenzó a cortar troncos con un hacha.Sin pensarlo, se pasó la mano por la frente y notó que sus manos estaban frías. Acordándose de lo que le había dicho su esposa, se quitó los zapatos y los calcetines y confirmó con horror que sus pies también estaban helados.En ese momento ya no le quedó ninguna duda, se “dio cuenta” de que estaba muerto.
-No es bueno que un muerto ande por ahí cortando leña -se dijo. Así que dejó el hacha al lado de su mula y se tendió quieto en el piso helado, las manos cruzadas sobre el pecho y los ojos cerrados.
Al poco de estar tendido en el suelo, una jauría de perros se acercó a las alforjas donde estaban las provisiones. Al ver que nada los paraba, destrozaron las alforjas y devoraron todo lo que había comestible en ellas. El hombre pensó:
-Suerte tienen de que estoy muerto que si no, yo mismo los echaba a patadas.
La jauría siguió husmeando y descubrió a la mula atada a un árbol, fácil presa para los afilados dientes de los perros. La mula chilló y coceó, pero el hombre sólo pensaba en como le hubiera gustado defenderla, si no fuera porque él estaba muerto.En pocos minutos dieron cuenta de la mula, y tan sólo algunos perros seguían royendo los huesos.La jauría, insaciable, siguió rondando el lugar.
No pasó mucho tiempo hasta que uno de los perros olió el olor del hombre. Miró a su alrededor y vio al leñador tirado inmóvil sobre el suelo. Se acercó lentamente, muy lentamente, porque para él los hombres eran seres muy peligrosos y traicioneros. En pocos instantes, todos los perros rodearon al hombre con sus fauces babeantes.-Ahora me van a comer -pensó el hombre-. Si no estuviera muerto, otra sería la historia.Los perros se acercaron......y viendo su inmovilidad, se lo comieron...
Este cuento pertenece al libro "Déjame que te Cuente" de Jorge Bucay.
A mi cada vez que lo leo me produce cierto desasosiego. ¿Cuántas veces me habré creído algo que no soy? ¿Cómo habrá influido esa creencia en mi comportamiento y en el resultado de mi existencia? ¿Y si en lugar de estar muerto el hombre del cuento hubiera creído estar vivo y ser capaz de grandes cosas? ¿Y si tú, o yo lo creyéramos? Ahí dejo la incógnita, que cada uno se atreva a lo que sus creencias le permitan.
ECB octubre 2008

miércoles, 24 de septiembre de 2008

El Peregrino de Compostela

El sábado pasado tuve la suerte de celebrar el 40 cumpleaños de mi querido amigo Fernando. La fiesta fue un gran éxito, cargada de detalles de cariño, miradas atrás y reflexiones desde el "ecuador de la vida". Quizás por esas reflexiones, o bien por ser Fernando mi hermano del camino jacobeo, me acordé de El Peregrino de Compostela y se me ocurrió traer este fragmento al blog:

El Buen Combate es el que se entabla en nombre de nuestros sueños. Cuando estos revientan en nuestro interior con toda su fuerza (en la juventud) nos sentimos muy valientes, pero aún no sabemos luchar. Después aprendemos a luchar, pero ya no contamos con el mismo valor para combatir. Por eso nos volvemos contra nosotros mismos y, combatiéndonos, nos convertimos en nuestros peores enemigos. Alegamos que nuestros sueños eran infantiles o difíciles de llevar a cabo. Matamos nuestros sueños por miedo a combatir en el Buen Combate.
El primer síntoma de que estamos matando nuestros sueños es la falta de tiempo: Las personas más ocupadas que he conocido en mi vida eran las que al final siempre conseguían tiempo para todo. Por su parte, los que no hacían nada siempre andaban cansados, el tiempo nunca les llegaba para lo poco que tenían que hacer, y se quejaban de que los días eran demasiado cortos. Lo que les pasaba era que tenían miedo de combatir en el Buen Combate.
El segundo síntoma de la muerte de nuestros sueños son nuestras certezas. Solo por el hecho de no querer tomar la vida como una gran aventura en la que hay que embarcarse, ya nos consideramos sabios, justos y correctos en nuestras pequeñas parcelas de existencia. Miramos hacia el exterior de las murallas de nuestra vida diaria y oímos el ruido de lanzas que se rompen, sentimos el olor del sudor y de la pólvora, vemos las grandes caídas y las miradas sedientas de conquista de los guerreros. Pero nunca percibimos la alegría que hay en el corazón del que está luchando, pues para estos no importa ni la victoria ni la derrota, sino combatir en el Buen Combate.

Por último, el tercer síntoma de la muerte de nuestros sueños es la Paz. La vida se transforma en una tarde de domingo, sin grandes exigencias, que no nos pide más de lo que queremos dar.

Pensamos entonces que hemos alcanzado la "madurez" y logrado nuestra realización personal y profesional. Nos sorprende que alguien de nuestra edad diga que aún espera determinada cosa de la vida. Pero en lo más hondo de nosotros mismos sabemos que lo que ocurrió fue que renunciamos a luchar por nuestros sueños.


Hoy se me antoja querer ser inmaduro e invitar a todos los que leen estas líneas a serlo también, a recuperar el ímpetu de años atrás y osar a renunciar a la comodidad del domingo por la tarde como precio por nuestros sueños. Tómate un tiempo, recuerda cuales eran tus sueños y disfruta del combate...

¡Feliz semana, feliz combate!

miércoles, 10 de septiembre de 2008

EL vino


El viernes pasado tuve la suerte de disfrutar un buen vino rodeado de personas queridas, y me asaltó la idea de traer a este rincón, que en su día fue “del arte”, el arte del vino y la metáfora que en aquel momento me vino a la cabeza.


El proceso de elaboración de cada botella y la calidad final de cada copa, vienen definidos por una multitud de factores se conjugan para dar el resultado final, ese en que sostienes en la copa y te golpea suavemente el paladar, despertando sensaciones, aromas, sabores y a veces emociones y recuerdos. El suelo, el clima, las lluvias del año, la variedad y calidad de la uva y el arte del vinicultor son todos puntos cruciales para lograr el éxito final.
Las personas somos de alguna manera como los vinos, cada uno tenemos una denominación de origen, venimos de un sustrato, estamos hechos con un tipo de uva. Unos somos mas Merlot, con aromas de frutos rojos, como la cereza o la grosella roja, otros Cabernet Sauvignon, con aroma de grosella negra y madera de cedro, otros muchos con carácter marcadamente español, como el avainillado tempranillo con indicios de ciruela y algo asperos por el contenido en taninos; los hay muy dulces como las variedades Moscatel o Pedro Ximenez, o mas afrutados como la Macabeo.
A cada una de estas variedades de les da mejor un tipo de suelo, y también influye el año de lluvias, el tiempo y tipo de barrica, el tiempo en botella…
De cualquier región, con cualquier variedad, podremos encontrar buenos y malos vinos. Llama la atención que cuando peores son las lluvias, mejores son las añadas de cada bodega, aunque la producción sea menor. Las sequías son sinónimos de buenas añadas.

Los vientos nos anuncian crisis económica y parece que el pesimismo se quiera instalar en nuestras vidas. Pensemos en que nuestro vino será mejor este año, sacaremos una cosecha quizás mermada pero que nos va a dar un resultado que aumentará nuestro valor y nuestra calidad. Mimemos todo el proceso con la paciencia y la alegría que nos da saber que saldremos mejorados y que el esfuerzo acabará valiendo la pena.
¡SALUD!


ECB Septiembre 2008

miércoles, 23 de julio de 2008

¿Hay vida antes de la muerte?



GRAFITTI: ¿HAY VIDA ANTES DE LA MUERTE?

Así rezaba un graffiti del metro de Nueva York "Is there life before death?"


A veces la sabiduría popular, por sencilla, por obvia se hace demoledoramente interesante. Esta es una buena pregunta para llevarse durante los 15 días de vacaciones que se acercan o que incluso estaréis ya disfrutando.

Yo cuando lo leí, me quedé en estado reflexivo y enseguida pensé en traerlo a este rincón.
Siempre pensamos en lo que "haríamos si..." estuviéramos de vacaciones, si nos tocara la lotería, si fuéramos mas jóvenes, si las cosas hubieran sido de otro modo... Pues yo os dejo ahí la pregunta, ahora que por fin estaréis de vacaciones, quizás no donde os hubiera gustado ir, pero de vacaciones al fin y al cabo.
Os invito a buscar la respuesta, y encontrar fórmulas de llenar de vida el tiempo que tengamos antes de la muerte; yo por mi parte prometo hacer "mis deberes vacacionales"
Feliz y cálido verano 2008