lunes, 25 de octubre de 2010

Paso a Paso

“Un profesor fue invitado a dar una conferencia en una base militar, y en aeropuerto lo recibió un soldado llamado Ralph. Mientras se encaminaban a recoger el equipaje, Ralph se separó del visitante en tres ocasiones: primero para ayudar a una anciana con su maleta; luego, para cargar a dos pequeños a fin de que pudieran ver a Santa Claus, y después para orientar a una persona. Cada vez regresaba con una sonrisa en el rostro.

— ¿Dónde aprendió a comportarse así? —Preguntó el profesor

—En la guerra, —contestó Ralph Entonces le contó su experiencia en Vietnam. Allí su misión había sido limpiar campos minados. Durante ese tiempo había visto cómo varios amigos suyos, uno tras otro, encontraban una muerte prematura.

—Me acostumbré a vivir paso a paso —explicó—. Nunca sabía si el siguiente iba a ser el último; por eso tenía que sacar el mayor provecho posible del momento que transcurría entre levantar un pie y volver a apoyarlo en el suelo. Me parecía que cada paso era toda una vida”

jueves, 21 de octubre de 2010

El hombre más generoso de China

Hace unos meses leí la noticia de Yu Pengnian, un empresario chino había donado toda su fortuna a obras de caridad. Yu Pengnian ha dejado más 900 millones de euros a los más necesitados y se ha convertido así en el principal filántropo del gigante asiático.

El magnate chino, que construyó su fortuna en el negocio inmobiliario y a sus 88 años, ha vuelto ha decidido donar toda su fortuna para los mas desfavorecidos "Ésta será mi última donación. No tengo nada más que dar", declaró. "Todo será para fines caritativos, nadie heredará nada, no se destinará nada a hacer negocios", añadió. La Fundación Yu Pengnian tiene 195 millones de euros en depósitos bancarios y unas propiedades valoradas en más de 750 millones de euros, que generarán cada año otros 37,5 millones

Los hijos del millonario chino, no verán ni un yuan del gran patrimonio de su padre, construido gracias a sus negocios en el sector inmobiliario. "No dejaré mi fortuna a mis hijos". Y explica los motivos de su decisión: "Si mis hijos son más capaces que yo, no es necesario que les deje un montón de dinero. Si son incompetentes, tener mucho dinero sólo les perjudicará".
El dinero se invertirá en salud y educación para los más desfavorecido. Desde 2003, la fundación ha financiado más de 150.000 operaciones de cataratas. "Ha ayudado económicamente a personas con cataratas porque él tuvo este problema en la vista", aseguran. La fundación también ha contribuido a la creación de varios colegios en las zonas rurales del oeste de China

Yu, que ocupa el puesto número 432 de la lista de los chinos más ricos, quiere dar ejemplo al resto de los millonarios de su país, aunque es consciente de que no va encontrar muchos imitadores. "Mi fortuna es sólo una gota en el océano comparada con la de ellos, pero mi punto de vista es muy diferente al de otros", manifestó. "Me gusta apoyar a los pobres porque yo también fui pobre y entiendo su miseria".


La verdad es que al leer la noticia, me quedé muy pensativo, dándole vueltas al planteamiento, la herencia, sus hijos, los cientos de miles de favorecidos por su gran gesto... He de reconocer que lo primero que sentí fue una gran admiración por el personaje, y al rato me puse a pensar, casi reivindicativamente, que ya podrían el resto de millonarios de China seguir su ejemplo, y por qué no: todos los del mundo!! Al segundo caí en la cuenta (no sin cierto sonrojo) de que yo ni me había planteado nada parecido, con la única excusa de no ser millonario... aún sigo dándole vueltas.

martes, 5 de octubre de 2010

El miedo

Un sultán decidió hacer un viaje en barco con algunos de sus mejores cortesanos. Se embarcaron en el puerto de Dubai y zarparon en dirección al mar abierto.
Entretanto, en cuanto el navío se alejó de tierra, uno de los súbditos, que jamás había visto el mar y había pasado la mayor parte de su vida en las montañas, comenzó a tener un ataque de pánico.

Sentado en la bodega de la nave, lloraba, gritaba y se negaba a comer o a dormir. Todos procuraban calmarlo, diciéndole que el viaje no era tan peligroso, pero aunque las palabras llegasen a sus oídos no llegaban a su corazón. El sultán no sabía qué hacer, y el hermoso viaje por aguas tranquilas y cielo azul se transformó en un tormento para los pasajeros y la tripulación.

Pasaron dos días sin que nadie pudiese dormir con los gritos del hombre. El sultán ya estaba a punto de mandar volver al puerto cuando uno de sus ministros, conocido por su sabiduría, se le aproximó:
–Si su alteza me da permiso, yo conseguiré calmarlo.

Sin dudar un instante, el sultán le respondió que no sólo se lo permitía, sino que sería recompensado si conseguía solucionar el problema.

El sabio entonces pidió que tirasen al hombre al mar. En el momento, contentos de que esa pesadilla fuera a terminar, un grupo de tripulantes agarró al hombre que se debatía en la bodega y lo tiraron al agua.

El cortesano comenzó a debatirse, se hundió, tragó agua salada, volvió a la superficie, gritó más fuerte aún, se volvió a hundir y de nuevo consiguió reflotar. En ese momento, el ministro pidió que lo alzasen nuevamente hasta la cubierta del barco.

A partir de aquel episodio, nadie volvió a escuchar jamás cualquier queja del hombre, que pasó el resto del viaje en silencio, llegando incluso a comentar con uno de los pasajeros que nunca había visto nada tan bello como el cielo y el mar unidos en el horizonte. El viaje, que antes era un tormento para todos los que se encontraban en el barco, se transformó en una experiencia de armonía y tranquilidad.

Poco antes de regresar al puerto, el sultán fue a buscar al ministro:
–¿Cómo podías adivinar que arrojando a aquel pobre hombre al mar se calmaría?
–Por causa de mi matrimonio –respondió el ministro–. Yo vivía aterrorizado con la idea de perder a mi mujer, y mis celos eran tan grandes que no paraba de llorar y gritar como este hombre. Un día ella no aguantó más y me abandonó, y yo pude sentir lo terrible que sería la vida sin ella. Sólo regresó después de prometerle que jamás volvería a atormentarla con mis miedos.

De la misma manera, este hombre jamás había probado el agua salada y jamás se había dado cuenta de la agonía de un hombre a punto de ahogarse. Tras conocer eso, entendió perfectamente lo maravilloso que es sentir las tablas del barco bajo sus pies.
–Sabia actitud– comentó el sultán.
–Está escrito en un libro sagrado de los cristianos, la Biblia: «Todo aquello que yo más temía, terminó sucediendo».

lunes, 4 de octubre de 2010

Los esclavos del derviche

Una vez el sultán iba cabalgando por las calles de Estambul, rodeado de cortesanos y soldados. Todos los habitantes de la ciudad habían salido de sus casas para verle. Al pasar, todo el mundo le hacía una reverencia. Todos menos un derviche arapiento.
El sultán detuvo la procesión e hizo que trajeran al derviche ante él. Exigió saber por qué no se había inclinado como los demás.
El derviche contestó:
- Que toda esa gente se incline ante ti significa que todos ellos anhelan lo que tú tienes : dinero, poder, posición social. Gracias a Dios esas cosas ya no significan nada para mí. Así pues, ¿por qué habría de inclinarme ante ti, si tengo dos esclavos que son tus señores?.
La muchedumbre contuvo la respiración y el sultán se puso blanco de cólera.
- ¿Qué quieres decir? - gritó.
- Mis dos esclavos, que son tus maestros, son la ira y la codicia - dijo el derviche tranquilamente.
Dándose cuenta de que lo que había escuchado era cierto, el sultán se inclinó ante el derviche.

viernes, 1 de octubre de 2010

Un estudiante se quejaba de que no podía meditar: sus pensamientos no se lo permitían.
Habló de esto con su maestro diciéndole:- Maestro, los pensamientos y las imágenes mentales no me dejan meditar; cuando se van unos segundos, luego vuelven con más fuerza.
No puedo meditar. No me dejan en paz.El maestro le dijo que esto dependía de él mismo y que dejara de cavilar. No obstante, el estudiante seguía lamentándose de que los pensamientos no le dejaban en paz y que su mente estaba confusa.Cada vez que intentaba concentrarse, todo un tren de pensamientos y reflexiones, a menudo inútiles y triviales, irrumpían en su cabeza.El maestro entonces le dijo:- Bien. Aferra esa cuchara y tenla en tu mano. Ahora siéntate y medita.El discípulo obedeció. Al cabo de un rato el maestro le ordenó:- ¡Deja la cuchara!.
El alumno así hizo y la cuchara cayó obviamente al suelo. Miró a su maestro con estupor y éste le preguntó:- Entonces, ahora dime quién agarraba a quién, ¿tú a la cuchara, o la cuchara a tí?.

martes, 28 de septiembre de 2010

Donde el Corazón te lleve

"Cada vez que, al crecer, tengas ganas de convertir las cosas equivocadas en cosas justas, recuerda que la primera revolución que hay que realizar es dentro de uno mismo, la primera y la más importante. Luchar por una idea sin tener una idea de uno mismo es una de las cosas más peligrosas que se pueden hacer.

Cada vez que te sientas extraviada, confusa, piensa en los árboles, recuerda su manera de crecer. Recuerda que un árbol de gran copa y pocas raíces es derribado por la primera ráfaga de viento, en tanto que un árbol con muchas raíces y poca copa a duras penas deja circular su sabia. Raíces y copa han de tener la misma medida, has de estar en las cosas y sobre ellas: sólo así podrás ofrecer sombra y reparo, sólo así al llegar la estación apropiada podrás cubrirte de flores y de frutos.



Y luego, cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad con que respiraste el día en que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda más aún. Quédate quieta, en silencio, y escucha a tu corazón. Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve"

Susanna Tamaro
"Donde el Corazón te lleve"

lunes, 27 de septiembre de 2010

Sin equipaje

Se cuenta que en el siglo pasado, un turista americano fue a la ciudad de El Cairo, Egipto, con la finalidad de visitar a un famoso sabio.
El turista se sorprendió al ver que el sabio vivía en un cuartito muy simple y lleno de libros. Las únicas piezas de mobiliario eran una cama, una mesa y un banco

¿Dónde están sus muebles? preguntó el turista.

Y el sabio, rápidamente, también preguntó:
Y dónde están los suyos...?

Los míos?, se sorprendió el turista.
¡Pero si yo estoy aquí solamente de paso!

Yo también... concluyó el sabio.
"La vida en la tierra es solamente temporal... sin embargo, algunos viven como si fueran a quedarse aquí eternamente y se olvidan de ser felices".

El valor de las cosas no está en el tiempo que duran, sino en la intensidad con que suceden. Por eso existen momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas incomparables."

1. Dios no te preguntará qué modelo de auto usabas; te preguntará a cuánta gente llevaste.
2. Dios no te preguntará los metros cuadrados de tu casa; te preguntará a cuánta gente recibiste en ella.
3. Dios no te preguntará la marca de la ropa en tu armario; te preguntará a cuántos ayudaste a vestirse.
4. Dios no te preguntará cuán alto era tu sueldo; te preguntara si vendiste tu conciencia para obtenerlo.
5. Dios no te preguntará cuál era tu título; te preguntará si hiciste tu trabajo con lo mejor de tu capacidad
6. Dios no te preguntará cuántos amigos tenías; te preguntará cuánta gente te consideraba su amigo.
7. Dios no te preguntará en qué vecindario vivías; te preguntará cómo tratabas a tus vecinos.
8. Dios no te preguntará el color de tu piel; te preguntará por la pureza de tu interior.
9. Dios no te preguntará por qué tardaste tanto en buscar la Salvación; te llevará con amor a tu casa en el Cielo y no a las puertas del Infierno.
10.Dios no te preguntará a cuántas personas diste a conocer este mensaje; te preguntará si te dio vergüenza